Visiones sobre la Ciudad de los Reyes

ARELLANO: "No sabemos su existe el himno de la ciudad, pero le estamos empezando a agarrar cariño a Lima, de a pocos". Foto: Vidal Tarqui/diario El Peruano.


Dos vecinos y estudiosos de Lima, Rolando Arellano y Pablo Vega Centeno, hablan sobre nuestra sociedad, lo que va cambiando, lo que falta por desarrollar para esta ciudad que ya inició su ruta en este siglo XXI. (*)

ESCRIBE: José Vadillo Vila

Rolando Arellano:
"LIMA ES UN PROYECTO"

Él es un gurú de Lima. Es coautor de este libro que marcó una nueva mirada sobre los limeños: Ciudad de los Reyes, de los Chávez, los Quispe (2004), "un estudio social llevado al mercado" sobre nuestros hábitos de consumo y ya lleva ocho ediciones enseñándonos, siendo leído por amas de casa, estudiantes y profesionales. Todo un éxito.
-¿Qué es Lima?
-Lima es un proyecto. Todavía no es una realidad. Es un proyecto, con mucho potencial que hacemos todos, pero no tiene áreas verdes, áreas de diversión. ¿A dónde llevas a un turista por tres días en Lima? Lo llevas a comer, al Parque de las Aguas y a Larcomar y se acabó. No hay más.
-Tal vez lo que falla sea el limeño...
-La identificación con la ciudad no se da todavía con el prójimo. El limeño es individualista, no se ha formado ese espíritu de cuerpo. Lo vez en el tránsito: si el otro pasó, pasó. Nadie te dará el pase. Todo es para mí. Por eso digo que es una ciudad en construcción.
-No estamos acostumbrados a convivir.
-¿Sabes lo que le pasa a Lima? Lo mismo que le pasa a mucha gente que por primera vez está viviendo en un edificio: La gente no sabe convivir, quién cuida las áreas comunes, hasta qué hora hago mi fiesta... Y todo pasa a mayor escala en Lima. Necesitamos una cultura de grupo, de condominio...
-¿La forma de consumir de los peruanos sigue en la línea como se pronosticó enCiudad de los Reyes...?
-En 2004 se estaba formando por primera vez una noción de ciudad. Lima había dejado de ser la ciudad tradicional que fue hasta los ochentas para convertirse en una con varios centros. Lo que estamos viendo es que aparece con mucha fuerza el sentimiento de ser limeño: a pesar que la mayoría siguen siendo provincianos o hijos de provincianos, ya hay el sentimiento de pertenecer a la ciudad.
-¿Y a qué se debe esto?
-Ha seguido creciendo con fuerza, en gran parte, por el orgullo de ver una ciudad que mejoraba.
-¿Lima se ha vuelto más amigable a sus ciudadanos?
-Se volvió más amigable a sus ciudadanos hasta hace un par de años, hasta que el problema del tráfico se hizo más crítico. Estábamos viendo más jardines, más agua, Lima Centro mejoraba y, de repente, nos llegan 600 mil autos, 150 mil por año, que casi doblan el parque automotor. Y ese ha sido un bache hacia la amigabilidad de Lima. Se debe resolver el tema del transporte masivo con mayor orden, organización e infraestructura.
-¿Cuánto ha aportado el boom gastronómico en elevar la autoestima de los limeños?
-Es un tema mucho más peruano. Lo que pasa es que en Lima se genera por primera vez el gran mestizaje nacional, se juntan peruanos de todas las zonas y empiezan a convivir y a casarse los del norte, con los del centro y sur. Por primera vez en Lima se crea un crisol de nacionalidad. Y el ejemplo más claro es la cocina: comes esas mezclas que son las mezclas del país.
-Es decir, estamos haciendo realidad el sueño arguediano de "todas las sangres".
-Sí, claro. Hasta antes de 2000, hemos tenido un Perú dividido en Lima y las provincias, sin concepto de nación. Lo bueno es que hoy la gente se define ya como peruana y ello se da cuando hay crecimiento económico, se revierte un poco el pesimismo y empiezas a decir que ser peruano es bueno. Y eso ha pasado en los últimos años.
-Entonces Lima ya no es inquisidora.
-Creo que el gran aporte de Lima al desarrollo del país es el generar un sentimiento nacional que además que no es excluyente. Ya no es que el limeño se crea más que los provincianos; ahora Lima está formada por provincianos que miran a la provincia con cariño, se interrelacionan. Lo que permite que las provincias también crezcan.
-El Cono Norte es el ejemplo. En cambio Lima Sur y Lima Este se ven como con un desarrollo más lento...
-Es un tema de tiempos. La gente que llegó en los sesentas, setentas, fue a Lima Norte y se estableció bien. Pero en el caso de Lima Sur, las olas continuaron en los ochentas y noventas por el terrorismo; es una zona mucho más desigual que Lima Norte. Está atrasada en acumulación de riqueza, tiene la casa por acabar. Pero, igual que Lima Este, Lima Sur ya empieza a despegar. Es un tema de tiempos, no de gente.
-¿Considera que la música que mejor nos define es la cumbia?
-Es la cumbia. Que no es música limeña sino traída de aquí y allá. Empiezan como huaino, luego se va a Chepén, viene a Lima Norte y termina en el Regatas. Lo que pasó es que era huaino, luego chicha, ahora estamos en la cumbia peruana. Y en el fondo puedes ver que se puede zapatear. Es una cumbia andina, Y todo eso se da en Lima por las grandes migraciones que se van asentando.
-¿Y cuál es para usted el plato que define a la ciudad?
-Me quedo con el lomo saltado. Es el plato que mejor nos define porque es la fusión de todo: tiene arroz y la cebolla asiáticas, la papa nativa y el tomate, que son de acá; la carne roja que traen los españoles.

* * *
CENTENO: "Un buen limeño, realmente, siempre tiene orígenes diversos, sino no es un limeño real". Foto: José Vadillo Vila/diario El Peruano.

VEGA CENTENO:
"Somos una ciudad de transeúntes"

El urbanista y sociólogo Pablo Vega Centeno explica que cuando se habla de identidades más la preocupación va por los estilos, las formas de expresión de las personas, que son muy importantes, pero desde el punto de vista urbano debemos recordar que las calles de Lima son los barómetros que nos dicen si la ciudad nos acoge o excluye.
-¿Cómo nos definimos los limeños?
-Somos unos ciudadanos muy curiosos. Tenemos un problema con las identidades, que el costeño, que el serrano, pero cuando se trata de comer sí nos ponemos de acuerdo en que todos los ingredientes son muy ricos y es en Lima donde ocurre la química famosa donde podemos disfrutar de todo. Y todo está aquí.
-¿Está de acuerdo con Arellano en que, como sucede con el boom de edificios de vivienda, los limeños estamos aprendiendo a convivir?
-Es un problema a debatir. La difusión del modelo condominio me preocupa por los aprendizajes que van teniendo niños y adolescentes: aprenden a no compartir en nombre de la seguridad, reduciendo su capacidad de negociar con el otro. Eso genera un problema que los sociólogos trabajarán en el futuro: la violencia en la vida en edificios de condominio. Es que no existe el lugar perfecto, pero hay que aprender a convivir, y eso no es fácil.
-Se señala el tráfico como el gran problema de la ciudad. ¿Está de acuerdo?
-Los limeños tenemos un problema de desigualdad: el limeño con carro es distinto al limeño sin carro y eso parece mucho más grave que si soy serrano o costeño. A los peatones no nos respetan, y eso es un problema.
-¿Lima del siglo XXI se nos presenta como un rompecabezas por armar?
-Es importante tener un plan urbano que trate de recomponer cómo vamos a generar calidad de vida en esta ciudad. Tenemos un problema de fondo y es que Lima creció sin planificación. Por un lado, bien, pero hay que advertir sus limitaciones: se ha hecho a sí mismo pero la habilitación de espacios comunes se hizo en función del perímetro del lote, donde cada uno trató de ganar el máximo, entonces las posibilidades que tenga una buena consolidación, es muy complicado.
-¿Cuál fue la gran previsión de la ciudad?
-Los parques zonales. Me parece que se planificaron durante el primer gobierno de Fernando Belaúnde y se ejecutaron durante la dictadura militar. Luego se consolidó, felizmente. Es cierto que algunos se perdieron, pero quedaron varios. Es de las pocas grandes previsiones que tuvimos de Lima porque todos necesitamos áreas verdes en una ciudad hecha buena parte sobre el desierto.
-¿Es decir, el parque zonal es el espacio popular modelo limeño?
-No, el parque Kennedy de Miraflores. Porque ahí vamos todos, y no sólo se va por recreación, sino van los que trabajan en los alrededores a comer su lonchera en un espacio agradable. Es que necesitamos espacios simpáticos.
-Pero tener espacios públicos bonitos se contrapone al tema de la inseguridad...
-Es importante la relación con las cosas bonitas pero es cierto que la inseguridad es el argumento con el que estamos cerrando muchas cosas. Ahí viene otra paradoja: No niego los hechos de inseguridad pero como que hemos desarrollado una cultura del miedo, mucho mayor a la de hace 20 años cuando teníamos razones poderosas para tenerlo: el terrorismo, la leva, los coches-bombas, los toques de queda, los apagones. Debemos tener una apuesta por la ciudad, aprender a que parte de nuestra vida transcurre fuera de casa y el centro laboral.
-Lo cual nos trae de vuelta el tema de la convivencia.
-Es ahí donde necesitamos trabajar. Se debe mezclar a la vez la intervención de proyectos con campañas de cultura ciudadana. Es lo que falta. No se aprovechó la inauguración del Metropolitano para una campaña de cultura ciudadana.
-¿Tener una administración de la ciudad dividida en 43 municipios es otro problema?
-Es un problema con el cual, desgraciadamente, tenemos que convivir. Antes que desaparezcan las gestiones pequeñas, primero caería el gobierno nacional, se lo aseguro. Técnicamente sería lo deseable, pero políticamente lo veo imposible. Lo que tenemos que pensar es cómo mejorar los canales de interacción entre el gobierno metropolitano y los gobiernos distritales, sin que afecte el hecho de ser de tiendas políticas diferentes. Lo positivo del gobierno distrital es que tiene una proximidad mayor con dinámicas cotidianas del entorno inmediato, pero es necesario la negociación con la metrópoli porque la mayor parte de los ciudadanos nos movemos por toda la ciudad. En una gran ciudad, todos somos transeúntes.
-¿Y usted apostaría por una educación para cada Lima, Este, Norte, Centro, Sur?
-Creo más en una cultura de integración. Que un niño de Lima, de Jesús María o Comas, debería de conocer por lo menos alguno de los parques zonales, la casa hacienda Punchauca en Carabayllo, donde se preparó la salida para la independencia del Perú, Villa El Salvador, la única experiencia de gran reubicación de barriada. Vale la pena que conozcamos estas experiencias y nos sintamos orgullosos de ellas. Eso nos ayuda a integrarnos.
-¿Qué falta para desarrollar a los conos, las otras Lima?
-Debemos consolidar las dinámica generadoras de empleo en Lima Sur, Lima Este y Lima Norte, para que si quiero venir del norte al sur sea sólo porque me da la gana no porque el 70 por ciento del trabajo se concentra entre el Centro de Lima y Miraflores, y genera un atolladero de tráfico. Creo que hay que apuntar a eso.

APUNTE:
Pablo Vega Centeno presentará la ponencia "¿Dónde somos limeños? Identidades urbanas y ciudad" como parte del programa Lima Milenaria, Ciudad de Culturas. El viernes 25, alas 19:00 horas, en la Galería Pancho Fierro, en la Plaza de Armas. Ingreso libre.

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