El "Depredador" ruge de nuevo

BAÑO POPULAR. Paolo de visita en Lima, en diciembre último. Foto: Héctor Vinces/diario El Peruano.


José Paolo Guerrero Gonzales, ídolo vitoreado por las masas, el atacante del Corinthians con su particular look reafirma su lugar en el imaginario popular al coronar a su club paulista en el Mundial FIFA de Clubes 2012. (*)

Escribe.- José Vadillo Vila 



1. El hecho que su equipo, el Corinthians, ganara el Mundial de Clubes 2012 con un gol suyo, anotado a los 68 minutos al Chelsea, en esa gloriosa noche en Yokohama, Japón, causó una ola imparable de Paolomanía en el Perú. Su gestó de envolverse y besar la bandera rojiblanca causó furor en las redes sociales. Los hinchas sólo hablaban de él. Todo hizo que nuevamente los compatriotas sonrían en el planeta fútbol, vitoreen su nombre, dejen atrás, como una enamorada que perdona una infidelidad, el mal sabor de los partidos que jugó este año los mal llamados "cuatro fantásticos" de la selección nacional, que no fueron nada brillantes. Pero, claro, al "Depredador" se le respeta: es uno de los 11, no los 11; lleva 19 goles, desde que debutó a los 20 años con la casaquilla bicolor. De ellas, cinco anotaciones le valieron el título de máximo goleador en la Copa América en 2011, todavía recordada. Mientras eso ocurría en el Perú en Londres el diario británico The Sun tituló: "Fin del mundo", destacando la figura del peruano y la derrota de los "Bleus" a manos del equipo brasilero).

Y en las redes sociales, los hinchas sólo hablaban de él. Todo hizo que nuevamente los compatriotas sonrían en el planeta fútbol, vitoreen su nombre, dejen atrás, como una enamorada que perdona una infidelidad, el mal sabor de los partidos que jugó este año los mal llamados "cuatro fantásticos" de la selección nacional, que no fueron nada brillantes. Pero, claro, al "Depredador" se le respeta: es uno de los 11, no los 11; lleva 19 goles, desde que debutó a los 20 años con la casaquilla bicolor. De ellas, cinco anotaciones le valieron el título de máximo goleador en la Copa América en 2011, todavía recordada.

Si unos sueñan con tener una colección de Ferraris o las novias más bellas de los cinco continentes, Guerrero tiene una obsesión deportiva: Quiere ganar más títulos. Lo ha gritado a los cuatro vientos, como quien pone objetivos en su FODA. "Esto no para porque tengo mucha ambición y quiero seguir ganando títulos. Quiero continuar haciendo historia", ha dicho. Y gente como Jefferson Farfán, que lo conoce desde que empezaron a golear en la categoría 84 de las inferiores del Alianza Lima (se dice que fueron más de 100 goles que anotó en dupla con Farfán), y esperaban juntos el microbús tras los entrenamientos en el estadio de Matute, lo sabe. También lo sabe su madre, doña Petronila, que llevaba a su hijo a las divisiones de menores.

Afuera, en el exterior, el diario El País de Uruguay lo ha puesto a competir como candidato al "Mejor jugador de América 2012", compitiendo por ser el próximo "Rey de América" con otros vigorosos del chimpún, como Ronaldinho, Neymar, Juan Román Riquelme, Lucas Moura. Aquí, dentro del Perú, el polémico columnista Álvaro Vargas Llosa ha dicho que sólo recibirá lecciones de patriotismo de Paolo Guerrero o Natalia Málaga, jamás de los políticos. Otros, como los padres del varoncito de 3,622 gramos que nació en la Maternidad en la Navidad han pedido al futbolista que sea padrino del niño. O como los niños del pueblo joven "Horacio Zevallos", del Rímac y de otros distritos de Lima, hablarán siempre que el número 9 del "Timao" los visitó un día antes de la Navidad de 2012. O el presidente de la República, Ollanta Humala, contará entre sus anécdotas que un sábado de diciembre hizo un espacio en su apretada agenda de trabajo para ir a conocer el stud de caballos que el astro del Corinthians tiene en el Hipódromo de Monterrico.


2. Cuando el año termina, el "Depredador", de 28 años de edad y padre de dos hijos, vuelve a Lima y a su paso agita los titulares de los diarios. Es la ley de la fama mediática. Y este deportista lo conoce a plenitud. Desde 2004, jugó 4 temporadas con elBayern Munich y anotó 13 goles; luego migró al Hamburgo y en sólo seis temporadas, pinchó 51 tantos. Y todos vibraron con él, aunque también se registró aquella triste vez, en 2010, que Guerrero le tiró una botella a un hincha y, justamente, fue castigado por 5 fechas y multado 20 mil euros. No fue el único episodio del irascible jugador: en otra ocasión pateó a Sven Ulreich, el arquero del Stuttgart, y no jugó las siguientes ocho fechas. Es la otra cara de este talentoso y potente jugador.

Han pasado seis años desde la última conquista sudamericana del Mundial de Clubes, cuando el Inter de Porto Alegre hizo trizas al Barcelona, la "Guerreromanía" ha traspasado las barreras peruanas y el look del número 9 del club paulista ha sido replicado por los seguidores del "Timao", cuyos hinchas suman más que la población peruana: 31 millones. Significa también que el letal juego del delantero limeño ya ganó en las tierras del "jogo bonito", precisamente en el segundo equipo más popular del Brasil, tal como en su momento lo hizo en los clubes alemanes.

Tal vez por la presión de los seguidores, no resulta ajeno que la Federación Peruanade Fútbol haya solicitado se le distinga con los Laureles Deportivos, para poner el nombre de Paolo al lado de Lolo (Fernández) y Teófilo (Cubillas), pero el pedido ya fue desestimado. O que el Mincetur estudie la idea de nombrar embajador de la Marca Perú a este limeño apodado también "Krieger", que en alemán significa "guerrero".

Pero las cifras tienen un espacio en la historia de este chico que prefería en las navidades una pelota a cualquier juguete; y que desde los cinco años casi exigía a su papá, el chorrillano José Guerrero, que lo lleve al parque, a la playa, para practicar sus tiros al arco, para que aprenda a patear con ambos pies; que, como reza su leyenda personal, entró a los 8 años al Alianza (el equipo donde jugó también su tío, José "Caíco" Gonzales, fallecido cuando el avión Fokker se estrelló en el mar de Ventanilla en 1987) y a los 16 ya jugaba para la sub 20 del equipo grone con la técnica y el temperamento que marcan su trayectoria, aunque, eso sí, nunca concretó el amor por los estudios, sino que lo digan sus profesores de los Reyes Rojos. El resto, su paso por el equipo titular del Alianza, de ahí su salto al Bayern II y luego a la primera división del Bayern en 2004, son parte de la historia ya conocida en la Bundesliga, en la Champions.

En el fútbol, los goles, los pases, las atajadas aplaudidas por los hinchas dan pie a otro medida, la de los billetes. Tras el éxito logrado en el Japón, su valor en el mercado del balompié su ha multiplicado. Se habla de cifras astronómicas como los 48 millones de dólares que habría ofrecido el Chelsea inglés por su pase. Una cifra infinitamente superior al que en su momento pagó el Hamburgo (3.29 millones), o los 7.6 millones que pagó el Corinthians. Otros equipos se sumaron a la puja por su pase, entre ellos la Juventus y Fiorentina, ambos de Italia; Schalke 04 de Alemania; y Atlético de Madrid de España. Amén a esto se suma el negocio publicitario que en solitario logrará este indiscutible líder de opinión con valores que emocionan como el patriotismo y su entrega en el imaginario de los peruanos: un Papa Noel que llena de alegría las fiestas de fin de año.

(*) Publicado el viernes 28 de diciembre de 2012 en el semanario Variedades del diario oficial El Peruano.

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