¿Tiene futuro el periodismo?


Más que el dilema de los soportes, entre lo digital y lo impreso, los periodistas pisan el siglo XXI con nuevos retos, herramientas  e interrogantes. El reciente libro Nuevos desafíos del periodismo reúne artículos que analizan ese nueve corpus para los hombres de prensa.

ESCRIBE: José Vadillo Vila

La incertidumbre será el norte del periodismo en los próximos años. El periodista español Gumersindo Lafuente pasa revista a cómo estos 15 años cambiaron radicalmente el modelo de negocio al que estaban acostumbrados medios y periodistas. Y frota la bota: internet llegó y cambió no solo el menú sino también el recetario. 

Su artículo “¿Habrá medios en 2030?”, es uno de los veinte textos incluidos en Nuevos desafíos del periodismo (Buenos Aires, editorial Ariel, 2014), editado por los periodistas argentinos Daniel Dessein y Gastón Roitberg, bajo el auspicio de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa).

¿Adiós al papel?
“En este momento ya no hay duda: la refundación de los periódicos y del periodismo está ligada a la tecnología digital. La negación de esta realidad solo nos conduce a una agonía cada vez más acelerada. ¿Y el papel? No desaparecerá en todos los casos, ya que habrá productos y mercados que lo necesiten pero, como soporte principal, será una excepción”, presagia Lafuente.

El periodista inglés James Neilson recuerda que en los últimos años sólo en Estados Unidos “dejaron de publicarse en cualquier formato decenas de diarios respetados, mientras que otros migraron a Internet están procurando sobrevivir como híbridos con esporádicas ediciones en papel”. En general, en los países desarrollados la publicidad en medios impresos retrocedió 40 por ciento mientras, poco a poco, la facturación de la publicidad en digital aumenta.

Audiencia, gran factor
Si bien el futuro es solo digital, tal como lo anuncia el diario inglés The Guardian, otro segmento que creció, frente a la reducción de ventas de los diarios gringos en 2013, fueron las branded editions o “productos complementarios, ediciones zonales y comunitarias, suplementos, ediciones patrocinadas, etc.”.

El consultor español Juan Varela señala que hoy la cuestión no es el pago o gratuidad de los productos on line sino “cómo se diseña el negocio de pago y el gratuito” y en esto tiene que pesar que “el negocio está en la relación [medio-lector], no solo en el contenido”. Para hacer rentable el negocio periodístico, “no hay que solo obsesionarse con el producto, sino pensar en la audiencia y cómo construir relaciones de valor”.

La gran colmena
La audiencia hoy es una droga subraya el periodista y docente argentino Julian Gallo. Una audiencia voraz a la cual los editores y los medios en todo el mundo buscan satisfacer; otras, aún más osadas, siguen los buzz (los rumores on line, las tendencias del Twitter, todo) “para construir contenido a la medida”.

“No las mueve la codicia sino la supervivencia. El incremento constante de publicaciones y medios que compiten por la atención de la audiencia hace que para sobrevivir haya que direccionar todos los esfuerzos a captar la atención dispersa de esa audiencia e incrementarla”, dice Gallo.

¿Y cuál es esa audiencia? Ya la han descrito los especialistas como “mente colmena”. “Al revés de lo que se suele sostener sobre la sabiduría colectiva, esta audiencia puede representarse como la estupidez colectiva”. Inclusive hay medios que manejan algoritmos y pueden predecir lo que buscará ese público “tonto-predictivo”.

¿Cómo actuar?
Gumersindo Lafuente propone un cambio de actitud. “El papel de los periodistas seguirá siento importante, pero en un entorno en el que no dejan de crecer las exigencias de rigor y compromiso hacia unas audiencias que cada día tiene a su alcance más herramientas para auditarnos”, dice. 

Para el exdirector de elmundo.es, en este nuevo “ecosistema”, donde crear un medio de comunicación digital no necesita de grandes inversiones y, por ende, no debe de “pagar favores”, la tecnología digital también ha quitado “la exclusividad de la intermediación” a los grandes medios, a favor de los ciudadanos y periodistas. Hoy, están los “prosumidores”, un público que es a la vez “productor” y “consumidor” de la información.

La investigadora en cultura juvenil Roxana Morduchowicz analiza las tendencias de los adolescentes que hoy todo buscan en la pantalla y ve, por ejemplo, que, por un lado, ellos leen más, solo que de distinta manera. Además de los periódicos impresos quien también pierde espacio entre los jóvenes es la televisión porque no tiene la interactividad, que permite a las nuevas audiencias generar contenidos propios.

Hoy no se deben de desaprovechar las redes sociales, que permiten a los proyectos periodísticos interactuar con la comunidad. Un trabajo adicional para los hombres de prensa es “descubrir” los nichos de mercado no atendidos donde están las verdaderas oportunidades para los periodistas, que también deben de ver el llamado “periodismo de datos”, como la mejor herramienta para trabajar informes. 

Sobre el poder que tienen las redes sociales, el consultor español Juan Varela recuerda que hoy la premisa es compartir la información, atraer a las audiencias que son infieles por naturaleza, pues hoy, la verdad dejó de ser propiedad exclusiva de los periodistas. “La información debe adaptarse a cada momento de consumo, al soporte y al entorno con el que se realiza. De allí la necesidad de desarrollar nuevos formatos –estilo, diseño y productos- que permitan aprovechar al máximo los contenidos, dotarlos de escalabilidad y hacerlos más accesibles y amigables para el usuario (…) Periodistas y medios deben convertirse en una red social: guías para el público en el mercado de la abundancia y el tiempo real”.    

“Quienes practican el oficio [del periodismo] tendrán que recuperar espesor cultural y capacidad cognitiva compleja. La sociedad deberá preservar la diversidad del acceso a los datos informativos pero, a la vez, garantizar una plena libertad de diseminación de ese material. Un futuro complejo y nublado nos aguarda”, alza la voz el argentino Pepe Eliaschev.

El periodista Gastón Rotiberg pone el ojo sobre el periodismo de datos o data journalism, la nueva tendencia del periodismo, que se puede leer en cualquier soporte digital, pero que básicamente se potencializa con el acceso a la información que dan los gobiernos a través de su adhesión a la alianza Open Government Patnership (Alianza para el gobierno abierto), que promueven la transparencia de la información, en la actualidad, en más de 60 países, entre ellos, el Perú. A mayor transparencia más investigación con periodismo de datos.

La ética, esa cuestión
“Lo que ofrece Internet no es una democratización de la noticia sino un aumento de los peligros que implica conocerla y del riesgo de conocer informaciones falsas, que nos alejan de las verdaderas”, recuerda el filósofo español Fernando Savater.

Los formatos han cambiado, pero el periodista debe de permanecer intangible. Savater recuerda que “El periodista es el bastón, el instrumento, en el que el ciudadano se apoya para poder ejercer su deber, su función y su derecho como político. Por eso, el periodista debe ser leal a los hechos y a la crítica honrada. Eso es lo que hay que pedirle: que sea un crítico informado y objetivo”.

Pablo Mendelevich recuerda que “la letra de molde” (la palabra impresa) dejó de ser una certidumbre, una verdad sacra. Pero la formación de los periodistas no debe de cambiar. “El gran ausente en la Web, fuera de los sitios del periodismo formal, es el editor. Junto con él faltan los pasos necesarios para garantizar que la información no solo sea verosímil sino cierta”.

O, como sintetiza el maestro colombiano Javier Darío Restrepo, la información con ética va más allá de la técnica. Es una “herramienta  para llegar a otros y hacerlos mejores seres humanos, más libres, más tolerantes, más sensibles a los demás seres humanos”. ¿Tiene futuro el periodismo? Lo tendrá mientras la humanidad sea hecha por hombres. 


 (*) Publicado el viernes 12 de setiembre de 2014 en el semanario Variedades del Diario Oficial El Peruano.

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