Familia sobre ruedas



Crónica. La meta de los Atmani es visitar, a bordo de su casa rodante, 80 países en cinco años. La familia marroquí no solo busca conocer, sino también apostar por un cambio de estilo de vida, llevando un mensaje de amor, paz y convivencia de las culturas.

Escribe: José Vadillo Vila


A la casa rodante de nueve metros la bautizaron ‘Mesk Ellil’. En árabe, es el nombre del fragancioso jazmín nocturno. Con ese vehículo, la familia Atmani ha saltado desde el norte de África a Europa y Sudamérica.

Cada tres meses, la televisora 2M marroquí transmite nuevos especiales sobre cómo va el avance del viaje de los esposos Anouar y Malika y sus tres hijos. Si bien a los marroquíes les gusta viajar, desde los tiempos de Ibn Battuta, el Marco Polo marroquí del siglo XIV, no se conocía una empresa que se aventure por los cinco continentes. Y menos cargando a toda la familia.

Los Atmani salieron de Casablanca, Marruecos, el 7 de agosto de 2013 y su primer año rodante lo celebraron en Ollantaytambo, Cusco. El Perú es el décimo país que visitan.

Cambio de vida
Para ellos, es una apuesta por un cambio de vida. “Queremos compartir nuestra cultura y valores de vivir con la familia, ¿quién tiene hoy el privilegio de vivir todo el día con sus niños?”, pregunta Malika, y uno también quiere abordar el ‘Mesk Ellil’ al instante.

Desde niño, Anouar (50) viajó mucho con su familia. Y cuando le propuso una vida en común a Malika, dijo: “Vamos a darle la vuelta al mundo”. Ella le pidió que esperara; quería una vida normal, tener hijos, vivir en un lugar fijo. Finalmente, dio el visto bueno y durante tres años se dedicaron a planificar su aventura.

Se necesitó de mucha preparación financiera, trazar itinerarios, decidirse por el vehículo más apropiado para cargar con la familia, amén de resolver los visados y la educación de los niños. El 7 de agosto de 2013, pusieron la llave en el contacto y dijeron adiós a la vida cómoda para hacerse de una nueva sobre ruedas.

Lo financiero ata todos los sueños. Por 26 años, Anouar tuvo un ‘trabajo de escritorio’, como millones. Fue director general de empresas y Melika, consultora en recursos humanos para empresas emprendedoras. Ahorraron “algo” para resolver lo del primer año y ahora trabajan online para empresas consultoras que necesitan sus competencias. No ganan mucho dinero, pero tratan de desarrollarse en ese nuevo universo.

Foto: Agencia de noticias Andina.

Viaje con metas
El ‘Mesk Ellil’ ha quedado aparcado en Miraflores por estos días mientras los Atmani cuentan su experiencia, a la que han denominado Planet Khmissa. Se representa con una mano abierta. En árabe, ‘khmissa’ significa cinco, como el número de tripulantes de esta aventura por los cinco continentes que durará cinco años. A la vez, para la cultura marroquí la mano extendida significa la paz y la protección de Dios.

“Hoy hay mucho cliché [sobre el mundo árabe] y queremos demostrar que una familia marroquí puede ser como una familia peruana o de cualquier lugar, y que el amor y la paz dan esperanza al mundo”, cuentan. En cada frontera terrestre han aprendido que la amabilidad y la humildad abren puertas y borran las dudas cuando ven aparecer su casa rodante.

Con filosofía
Hay filosofía detrás de este gran viaje. El Planet Khmissa se basa en tres pilares: la apuesta por la familia, los valores humanos y la convivencia de las diversas culturas. Para ellos, el viaje les permite interactuar directamente en la educación de los hijos.

“Queremos demostrar que internet puede ser una fuerza importante para la educación de los niños y que los padres tienen responsabilidad en ella, con una educación académica y en valores, promoviendo la apertura y tolerancia, el compartir, la curiosidad intelectual y la libertad de decidir”, comentan.

Educación privilegiada
En el ‘Mesk Ellil’ hay solo un cuarto donde están las tres camas de los niños. Hay un salón donde, cinco veces por semana, los padres enseñan a sus hijos a hacer sus tareas y por la noche despliegan su cama. Hay un baño y una cocina pequeña. “Es muy chiquito, pero cómodo.”

La gente se preocupa por la educación de los niños. Ellos hablan marroquí, español, francés e inglés. Están dentro de un programa de educación a distancia del Gobierno español, con un tutor que coordina las lecciones y cada tres meses se les toma exámenes. Todo vía online.

Tienen una educación privilegiada: todas las clases que toman son al aire libre (el 80% del tiempo viven en pueblos y el campo), comprenden los ciclos del agua viendo los ríos, glaciares; aprenden a ahorrar energía gracias a los paneles solares de su casa rodante y la necesidad de tener un buen manejo del agua. Otra cosa que han aprendido los Atmani hijos es a no ser consumistas: su viaje en el ‘Mesk Ellil’ es más vivencial que de souveniers.

Como es una apuesta por la familia, Anouar y Malika dicen que el viaje solo continúa si los niños están de acuerdo. Si ellos quisieran detenerlo y volver a Marruecos para hacer una vida normal, pondrán punto final al viaje.

Perú en su corazón
Anouar y Malika se sorprenden de las similitudes entre su país y el nuestro. Sobre todo por la diversidad de etnias que conviven, hablando diversas lenguas, vistiendo distinto, en un mismo espacio geográfico. Y por valor agregado va la amabilidad de los peruanos. Esto último más en el campo que en la ciudad, pero eso es lo normal en el mundo, dicen.
Los foros de viajeros de Sudamérica les han advertido de los lugares peligrosos, pero se sienten seguros, viajan en horarios apropiados y la Policía siempre está dispuesta a ayudarlos para explicarles las rutas.

De la comida les gusta lo variado y la sazón de la gastronomía peruana. Pero se quedan con aquellos menús de 5 nuevos soles que van probando en los pueblecitos, cada uno con sus ingredientes locales. Por cuestiones logísticas, el 8 de setiembre vuelven a Marruecos. El 1 de noviembre retoman el viaje, subirán hacia Ayacucho y Huancavelica, y volverán a la Costa con dirección a Tumbes, para cruzar la frontera hacia Ecuador a mediados de diciembre.


Dato
Desde agosto de 2013 han pasado de Marruecos a España y Francia. Cruzaron el Atlántico rumbo a Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia y Perú.

Continuarán viaje de Ecuador a América Central y México. De ahí esperan cruzar al Asia el próximo año.

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