El periodista combativo que apostaba por la democracia
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Reconocido. Este año, el Colegio de Periodistas de Lima lo homenajeó. Foto: Archivo Diario El Peruano. |
Enrique Zileri Gibson (1931-2014) falleció el lunes 25 y dejó
escuela entre hombres de prensa. Desde el semanario Caretas, fue uno de los periodistas
referenciales del país, con un compromiso por la democracia y la libertad de
expresión.
En Caretas, la revista que ayudó a hacer leyenda, ayer hubo
ausencia de noticias sobre su muerte. Tal vez porque él dejó la orden expresa o
porque, tras su partida, se está repensando la edición que saldrá este jueves.
Cuenta la leyenda de Zileri que su romance con el periodismo
empezó durante su estadía en Europa, en los años cincuenta, desde donde enviaba
artículos para la revista que su madre, la temperamental Doris Gibson, fundó
con el periodista Paco Igartua.
Su paso definitivo a las filas del periodismo (estudió
publicidad) se dio a su retorno del Viejo Mundo: empezó primero como jefe de
publicidad de Caretas, pero, a la salida de Igartua, empezó como codirector del
semanario junto con Doris Gibson, quien más que madre fue su colega.
En pocos años, con la presencia de Zileri, la publicación
pasó de mensuario a quincenario y después a semanario, siempre con sus portadas
creativas, que sacaban roncha a los políticos.
Con la verdad
“Lobo estepario ingresa gateando al twiteo”, escribió el 22
de febrero de 2013, en su primer mensaje en la red de los 140 caracteres.
Zileri mantuvo actualizada esa cuenta hasta abril de este año, mientras luchaba
contra una enfermedad de apellido doloroso. Quienes trabajaron con él lo
recuerdan por su capacidad luchadora.
El novelista Mario Vargas Llosa subraya que el semanario
Caretas dirigido por Zileri Gibson “fue siempre muy crítico de todas las
dictaduras que han afeado nuestra historia moderna y una trinchera en la que
encontraron siempre hospitalidad quienes defendían las mejores opciones para el
Perú y se oponían a los abusos, la corrupción y los atropellos a la libertad de
prensa”.
Una leyenda
Es una leyenda en la historia de la prensa peruana los
cierres de edición que comandaba Zileri en Caretas, primero en el jirón Camaná
615 y luego en el portal Botoneros. Llenos de adrenalina. Era vehemente,
gritaba y –alguna vez–, se dice reventó un televisor por la pérdida de una
primicia.
Este lobo solitario durante más de medio siglo estuvo casado
con Daphne Dougall. Estudió en el Perú, Chile y Estados Unidos y ya cuajado
como periodista, durante el régimen de Juan Velasco Alvarado, fue deportado a
la Argentina.
Buen humor
Pese a ello, pontificaba que el humor “es una forma de
defenderse”. Y en 1995, tras la reelección de Alberto Fujimori, se bañó en la
plaza de Armas, pagando una apuesta.
En 2007 pasó a manos de su hijo Marco la dirección de Caretas,
y, desde entonces, se desempeñó como presidente del directorio. Aunque tenía el
sueño de volver algún día como asesor editor a esa revista para seguir
ejerciendo el oficio más bello del mundo, como decía Gabriel García Márquez.