Para salir adelante



El Programa “Jóvenes Líderes Hacia Un Futuro Mejor”, del Ministerio Público, ofrece oportunidades de desarrollo personal y social a adolescentes y jóvenes de zonas de riesgo (*)


Escribe: José Vadillo Vila
Fotos: Oscar Farje

"¡Soplón!", grita el chiquillo que gambetea una pelota mientras la camioneta de prensa pasa de refilón por su cuadra. Estamos en Sarita Colonia, asentamiento humano chalaco con apellido bravo. Para el chiquillo un carro de prensa es sinónimo de peligro.

Es el barrio de Paulo y Ruth. Ambos tienen 19. Ambos estudiaron en la institución educativa 5082. Ambos han ingresado a servir en la Marina de Guerra. A infantería y la naval, respectivamente. Cuando estaban en el colegio ya veían "guerrear" a sus compañeros por quítame esta paja con los de otros coles. 

Zona brava que el Observatorio de Criminalística del Ministerio Público cataloga como "punto caliente", en Sarita Colonia están acostumbrados al sonido de las balas como en serenata con mariachis. Hay homicidios. Hay asesinatos. Y en las noches lo recomendable es no salir de casa ni para comprarse un arroz chaufa. 

A sus 19 años, Paulo ya conoce la cara de los moribundos. A un amigo de la infancia le metieron tres balazos. Paulo y otro amigo lo socorrieron y mientras lo llevaban en taxi a la posta, el chico murmuraba una y otra vez "no me quiero morir, ayúdenme". "Andaba en cosas malas", cuenta Paulo. Tal vez en drogas, tal vez integrando alguna de las pandillas que hay en el asentamiento humano.

Alternativa para salirPero no todos son bravos ni faites. También vive gente tranquila, que solo quiere vivir en paz. Como Paulo y Ruth. Él vive con su mamá y su hermana. Y desde finales de 2011 se integró al grupo de 35 chicos que integran en el Callao el programa Jóvenes líderes hacia un futuro mejor. 

"El Ministerio Público tiene entre sus políticas no solo la sanción del delito sino su prevención. Lo que se busca con este programa es cambiar el actuar negativo de los chicos; y sacar lo positivo que puedan aportar a la sociedad", explica la fiscal de familia Ana Cossío Cabrera, encargada del programa en ciernes en el primer puerto.

Trabajo profundo
Maribel Gabino es la coordinadora del programa en el Callao. Todas las mañanas se reúne con el grupo en el Centro Juvenil Sarita Colonia. 

Con los 35 chicos, lleva una rutina marcada. Los lunes se dedica a atender algunos problemas focalizados de cada chico, a hacer trámites; gracias a un convenio, los martes y jueves de verano asisten a la piscina municipal, no obstante que la gran mayoría no cuenta con DNI. Los miércoles, hombres y mujeres participan de diversos talleres cuyos productos venden en ferias que les permite autofinanciar nuevos trabajos. Y los viernes van a Lima, a la sede central del Ministerio Público, donde reciben charlas. 

No todo es color de rosa. La fiscal Cossío explica que han tenido que trabajar casos difíciles. Hay poca participación de los padres porque, en algunos casos, las propias familias están metidas en la venta de drogas. Otros padres son alcohólicos. Hay chicos que escapan de su casa. En otros casos, deben intervenir para las demandas de alimentos. 

Ante estos casos, Jóvenes líderes hacia un futuro mejor resalta que tiene diversos aliados estratégicos como ONG, centros técnico-productivos, el programa Projoven del Ministerio de Trabajo, la Iglesia católica, entre otros. Gracias a ello, Paulo ya aprendió panadería y pastelería.

A la fiscal le preocupa que en vez de aumentar el presupuesto mensual del programa se haya reducido de 4,600 a 1,600 nuevos soles, ya que para los chicos una motivación es el refrigerio de media mañana, que a veces se convierte en el único alimento del día.

Sueños de superación
Tiempo de verano. En cada cuadra de Sarita Colonia hay por lo menos dos piscinas azules inflables, donde los niños se solazan. Alrededor, muchos hombres se toman unos tragos, pichanguean, caminan o simplemente dejan que el tiempo avance.

Un hombre nos "tasa" cuando bajamos en la casa de Ruth y no dejará de mirarnos y comunicarse por teléfono siguiendo cada uno de nuestros movimientos hasta que nos vayamos. No importa.

En la casa de Ruth conocemos a don Teófilo, su padre, un sastre huaracino que tiene su puesto en el mercado de Sarita. Ha enseñado a su hija los secretos de su oficio.

"Ya tengo planeado todo", nos dice Ruth. Su meta es ahorrar las propinas que le den en la Marina para poder estudiar para bartender. Los convenios de Jóvenes líderes hacia un futuro mejor le han permitido estudiar digitación en computadora y otros cursos, y también sacar los documentos que le faltaban para presentarse a la Marina. Paulo y Ruth saben que su ingreso a la Marina no solo es una meta personal, servirá para otros chicos del programa y que los de su barrio bravo sepan que hay otros horizontes en la vida.


Lo que busca el programa-Jóvenes líderes busca contribuir a la prevención y disminuir conductas delictivas en adolescentes y jóvenes en riesgo.

-Atiende a chicos entre los 13 y 21 años de edad.

-Se les brinda orientación psicológica, apoyo en la inserción y reinserción educativa, y capacitación técnica.

-Se promueve que realicen actividades de reparación y reconciliación a la comunidad.

-Da facilidades para que obtengan documentos personales y acceden a los servicios de salud integral. 

-Promueve el "liderazgo compartido": los jóvenes invitan a chicos de su entorno para que se integren o, por lo menos, reciban orientación en temas como consumo de drogas o VIH.

(Publicado el jueves 7 de marzo de 2013 en el diario oficial El Peruano).

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