¿El fin del periodismo?



¿Internet matará a la prensa? ¿El ciberperiodismo ya halló su lenguaje definitivo?, son las interrogantes que atosigan a los hombres de prensa y el francés Jean-Francois Fogel tiene algunas coordenadas. No está en contra de la gratuidad, sino que teme que la noticia se convierta en un comodity. Hay cambios en la audiencia, nos queda reinventar el periodismo. Esta es la versión completa de la entrevista al especialista en lenguaje del ciberperiodismo, que salió publicada en diario El Peruano el 22 de noviembre de 2007.

Texto: José Vadillo Vila


Angustia. Es la palabra que atraviesa como una daga la garganta de los periodistas y no deja beber el vaso de güisqui. Sobre todo, de quienes trabajamos en “los medios preexistentes a internet”, léase radio, televisión y prensa. Pero calma, respiremos hondo, Jean-Francois Fogel no cree que aplastante cantidad de blogs, páginas web y comunidades virtuales mate, en primer lugar, al periodismo impreso.

Fogel visitó la semana pasada Lima para dictar un taller de periodismo digital, que le encargó la Fundación del Nuevo Periodismo Iberoamericano, y auspiciada en el Perú por la carrera de Periodismo de la UPC. El Peruano aprovechó su presencia para hablar con este maestro del periodismo, que es consejero internacional de la página web de Le Monde (Francia), uno de los diarios más importantes del Planeta.

El mundo virtual se divide igual al real, en “nativos” e “inmigrantes”, explica Fogel. Hay una generación de “nativos” del universo digital, personas que entienden todo a través de bytes. IPod, webs, GameBoy, Nintendo, Chat, Descargas, USB, son parte de su lenguaje. Los otros, hemos ingresado a este mundo por la ventana, nos llaman los “inmigrantes”, y en el camino nos cogió el desarrollo informático.


Las nuevas audiencias
“Antes el mundo era más fácil, comenta Fogel, las audiencias de los medios estaban restringidas a un área geográfica. Hoy la audiencia crea sus propios grupos, configurando audiencias según las noticias. La gran pregunta que se hacen los grandes medios de comunicación es, ¿Se puede atender a estas dos audiencias –que aparentan comportamientos distintos- con un mismo medio?”.

Fogel tiene más de cuatro décadas en el oficio periodístico, y los últimos años se ha dedicado mucho al tema. Recuerda que aún no conocemos muy bien a estos “nativos” digitales: El más viejo de ellos tiene 24 años, y los estudios “botan más incertidumbres que definiciones”. De sus hábitos de consumo de noticias, sólo se sabe que lo hacen a su manera, que también leen en papel, que les gusta más lo audible que la TV, y prefieren lo diferido a las cosas en directo.

“Creo que no dejarán el papel sólo que este tendrá que reinventarse, como es la historia de los medios”, augura el francés. Es decir, añade, al periodismo impreso no le queda otra que seguir reinventándose. Es su único camino.

Agrega que las mismas dificultades para ingresar al mundo digital lo pasan los diarios tradicionales de América Latina y Europa. En general, las viejas organizaciones sólo se subieron en el carro de lo desarrollado en internet mientras que sus grandes líderes son realmente los pureplayers, las empresas que nacieron en la red. Así, un servicio como Google News es mucho más potente que cualquier periódico digital.


¿Qué aconsejarías en primer lugar a los medios tradicionales?
-Que tengan dos redacciones. Una para desarrollar el medio impreso y otra dedicada a la web. Hay muchos dueños (de medios) que quieren concebir redacciones que abarquen varios medios a la vez, pero todavía no vemos, salvo excepciones, periodistas multitalentos que trabajen de manera eficiente en varios lenguajes y alimenten las redacciones multimedios. Tampoco tenemos la confirmación de que vale la pena en términos de utilidades financieras.


Hay todo un cambio con internet. Ya se desfasó la tradicional “jerarquías” de las noticias, por ejemplo.
-Los medios tradicionales trabajaban con la idea de las “jerarquías de la noticia” y los nuevos medios lo hacen con la idea del “flujo de noticias”, donde la audiencia ve pasar las noticias como el agua. Eso ya lo inventó hace muchos años la cadena CNN. Pero lo que tenemos es un cambio mayor en la relación con la información: la audiencia.


¿El tema de la gratuidad de las noticias no es un problema para el desarrollo del ciberperiodismo?
-La gratuidad no es un fenómeno de internet sino una modificación del modelo económico. Están apareciendo los diarios gratuitos pues la prensa escrita busca la gran audiencia con el modelo económico de la radio o la TV: mayor difusión para más ingresos de publicidad. Lo más preocupantes es la proliferación de información en internet que hace que ésta se convierta en una suerte de commodity, algo que parece siempre disponible como el aire o el agua, en ciertos países. Si es el caso, habría que revisar ciertos modelos económicos pero por el momento no hay una certidumbre con respecto a esto.


Dices que esta crisis por el boom de las nuevas tecnologías también atañe a las facultades de periodismo que alimentan de profesionales a los medios…
-No me gusta la palabra crisis, salvo que sea una positiva, que permita a una facultad de periodismo o a un medio de comunicación adaptarse a su entorno nuevo. Al cambiar el entorno, la formación de los periodistas tendrá que ser muy distinta, porque los medios y los modelos económicos irán cambiando. No digo que sea una crisis preocupante, sino un síntoma que los sectores de la comunicación intentan enfrentarse con el futuro.


Mencionabas que hoy las páginas web de Le Monde o USA Today, tienen mayor participación de audiencias. ¿La labor de los periodistas será sólo editar?
-O producir, o mejorar… La BBC, que fue el pionero, y Le Monde, reconocen que la audiencia habla y quiere que la escuchen, y saber que la inquietud de que ella produce. Los periodistas no pueden ganar frente a la audiencia, deben de ayudarla a entender las noticias, producir noticias, porque si la audiencia quiere un flujo informativo, los periodistas no están en la capacidad de decirles que no.


Pero la audiencia no tiene porqué estas preguntándose aspectos como la ética que atañen a los periodistas.
-Lo que dice es una preocupación, pero una gran parte del trabajo periodístico va a ser validar noticias que circulan, yo como medio confirmo que esa noticia es acertada. Hay noticias que vamos a dejar en el flujo y el otro con el sello de la empresa y los periodistas, diremos que esto vale. Son cosa que podemos inventar.


Pareciera que con tantas cosas, cualquiera podría ser periodista...
-Cualquier persona conectada a la red tiene la capacidad de emitir un contenido noticioso, pero ser periodista es otra cosa. Hay un temor sobre la posibilidad de hacer medios sin periodistas. Este cambio nos obliga a definir el estatuto del periodista. ¿En qué nombre ejerce el magisterio de ser el miembro más importante de la audiencia y opinar? No tenemos la respuesta, pero podemos adivinar que tendrá que ver con la calidad de la expresión, la veracidad, la capacidad a producir y validar informaciones fidedignas y, por fin, la capacidad a concebir un paquete que sea significativo y pertinente para la audiencia.


Señalas que hay fallas en el ciberpeiorismo, como la tipografía y la compaginación, por ejemplo.
-En esos puntos, internet es un paso hacia atrás frente. Si miramos la calidad tremenda de lo que podemos hacer en tipografía sobre el papel, tenemos cinco siglos de experiencia, podemos decir que el tratamiento de la tipografía en la pantalla es malísimo, barato. Estoy seguro que dentro de 20 ó 30 años se dirá ¡Cómo fue posible que hayamos mirado sitios de tipografía tan mala! Bueno estamos en medio de proceso de invención de un nuevo periodismo.



Tres momentos claves de la red
Fogel entiende tres grandes momentos de la aceleración de la red. El primero correspondió a la creación del primer navegador (Netscape), en 1994, que provocó la primera gran audiencia de internet. El segundo, fue la aparición del primer motor de búsqueda de Google, que modificó la oferta. Y desde 2006 e inicios de este año, son la aparición de sitios de red social como MySpace y FaceBook, que reclutan casi 200 mil personas cada día.


América Latina, oficialismo y cultura
Para el periodista francés el momento en América Latina es muy “interesante” porque camina en dos direcciones: una de ortodoxia económica (Chile, Perú) y otra más vinculada al intervencionismo estatal fuerte (Bolivia o Venezuela, y ahí analiza a la prensa del hemisferio.


¿Como percibes a la prensa latinoamericana?
-No hay que menospreciar la prensa en América Latina, y menos con relación a Europa. En la organización, en los procesos periodísticos, en su preocupación por la ética, no tienen grandes diferencias. Claramente en el panorama se combinan una prensa muy moderna con otra que lo es menos.


¿Tiene un rasgo en común?
-El rasgo común a toda la prensa de América Latina es el oficialismo: Se saca una información sólo cuando una fuente oficial habla. La proporción de informaciones donde no hay la intervención oficial es muy baja porcentualmente. Es un rasgo que es una herencia cultural.


En tu blog, comentas sobre literatura de esta parte…
-La hispanoamericana es una literatura muy estimulante. Hay momentos en que uno puede encontrar algo fenomenal. En español encuentras muchas cosas de alto nivel en traducciones. Y creaciones, más en América Latina que en España. La manera cómo van traduciendo dice mucho de cómo Latinoamérica se abre al mundo.


¿La crítica cultural que se hace en internet ha descuidado el análisis?
-Muchas veces es meramente un enlace, ya no se opina, pero tampoco hay que menospreciar esa nueva cultura, que es más veloz, que utiliza la confrontación de manera mucho más rápida y espontánea, que parece más rica y nutrida. Pero tampoco me satisface por completo. Me parece pertinente también leer un ensayo, que desarrolla una idea de principio a fin.


“Los periodistas no pueden ganar frente a la audiencia, deben de ayudarla a entender las noticias, producir noticias, pero si la audiencia quiere un flujo, los periodistas no están en la capacidad de decirles que no”.

Fogel, internet y el periodismo
A los 60 años de edad, Jean-Francois Fogel encuentra el mundo digital muy estimulante. Lo dice alguien que ha analizado toda su vida al mundo occidental. No tiene celular para no ser interrumpido por nadie. Tampoco ve la TV ni siquiera sobre rugby, su deporte favorito.
Fogel es un “inmigrante” digital que lee la prensa “muy mayoritaria en línea”, que escribe tanto en su laptop como en internet. Sólo los suplementos los lee en papel.

Alimenta desde hace dos años un blog en el sitio El Boomerang, donde habla básicamente de literatura, pero cree que sería un error llevarlo al libro, porque considera que es un lenguaje de fragmentos, reacciones, de flujo.

Se informa básicamente en inglés, “como todo periodista”, y recién cuando cumplió 30 años y tuvo la oportunidad de hacerse independiente, decidió vivir en Barcelona y aprender el español.
Como maestro de la Fundación del Nuevo Periodismo Iberoamericano, que dirige Gabriel García Márquez, ha dictado tres talleres para periodistas de América Latina. Varias veces ha venido al Perú.

Hace poco publicó junto Bruno Patiño, presidente del sitio web de Le Monde, el libro Una prensa sin Gutenberg. Ahora prepara otro sobre el mismo fenómeno del internet.



“Los aficionados seguirán buscando medios que hablen de su tema. El deporte, por ejemplo, es una mezcla de emoción, rigor, relatos y entusiasmo. En mi opinión, no puede hacerse sin periodistas, quienes tendrán que buscar la manera de reinventarse para conectarse con la expresión de la audiencia”.

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