San Cosme más seguro


Tras años de pedidos, los vecinos del histórico cerro de las migraciones andinas empiezan a gozar de seguridad policial en sus calles y a comprobar cómo se combate a los delincuentes. (*)
Texto y fotos: José Vadillo Vila
El cerro San Cosme no es tan alto como su vecino, El Pino, pero su fama trasciende, inmortalizada en los cuadros del pintor puneño Víctor Humareda, quien también sabía de marginalidades e inmigraciones. A los nietos y bisnietos de los fundadores les es esquivo el nombre del mítico ‘Poncho Negro’, quien empezó a crear estos asentamientos humanos en la gran Lima de hace más de medio siglo.
San Cosme, en el distrito de La Victoria, es el asentamiento humano más antiguo del Perú y algunos dicen que del mundo. Se fundó el 24 de setiembre de 1946 y por ello, hace dos semanas, su patrona, la Virgen de las Mercedes, volvió a recorrer esas escaleras y callecitas cerradas donde basta y sobra el paso de un automóvil y los ubicuos mototaxis.

EN LA CIMA
En la zona de La Caseta, una de las más altas, funciona desde el domingo el Puesto de Auxilio Rápido (PAR) de la Policía Nacional. Está en la cuadra tres de la avenida Alzamora de ese cerro, donde parece que solo conviven personas, cemento y perros.
“Se está habilitando el PAR”, comenta el alférez Paredes, a cargo del puesto. Ya cuentan con un camarote para los 10 efectivos policiales asignados –se trabaja en tres turnos– y un escritorio. De aquí, parten a hacer patrullajes, a familiarizarse con estos callejones de escaleras, donde la música de ‘Chacalón’ continúa siendo la banda sonora.
Paredes dice que lo que más frecuente en el cerro San Cosme son los casos de violencia familiar, y lo que esperan es que las mujeres, al ver a los policías más cerca de su casa, hagan sus denuncias y las eleven a la Fiscalía, tal como ha prometido el ministro del Interior, Daniel Urresti.

TRABAJO
En los siete puntos de acceso al cerro, la Policía ha dispuesto un centenar de agentes de la División de Acciones Rápidas y siete patrulleros inteligentes del Escuadrón de Emergencia para controlar cada acceso. Se solicita el DNI y a los indocumentados se les detiene para tomarles sus datos. Así se ha capturado a requisitoriados y se empieza una nueva etapa en la lucha contra la microcomercialización de drogas y las mafias que azotan a San Cosme.
El mayor Óscar Flores, a cargo de la comisaría de San Cosme, ubicada en la ladera del cerro, recuerda que antes estaba solo el personal bajo su mando, que cuenta con tres patrulleros, y la vigilancia a pie era limitada.
Desde el domingo, los 100 efectivos nuevos son suboficiales de tercera, con 9 meses de servicio y todo el ímpetu. “Ya contamos con esa reacción rápida, ellos son jovencitos y corretean y agarran a los choros”, dice.
Los delitos más frecuentes que aquí se denuncian son hurto y robo, en modalidades de arrebato, cogoteo, “lanzas”. “El problema con San Cosme era que los delincuentes que asaltaban subían al cerro y, como hay muchos callejones, se metían y desaparecían. Ahora, con lo que se ha puesto, es imposible que se vea corriendo a uno con una cartera en la mano y pase”, reitera Flores.
El trabajo de la PNP también incluye la intervención de los mototaxis y se enfocará en los bares y cantinas, como la del domingo pasado, cuando, con la presencia del ministro Daniel Urresti se capturó a 14 personas y se decomisaron panetones y artículos de belleza bambas.
HABLAN LOS VECINOS
A Bernardino Rojas (88), uno de los fundadores de San Cosme, le parece bueno que los policías patrullen por la zona. “Estábamos muy olvidados por las autoridades, ya era demasiado lo de la delincuencia. Acá, hombres y mujeres se dedican a la droga, desde chiquillos”, sostiene.
Manuel Flores vive en el cerro desde que tenía dos años de edad, cuando su padre, otro de los fundadores del famoso asentamiento humano lo trajo en brazos. “La presencia de la Policía hará huir a las mafias que hay por acá; va a ayudar a que formemos a los niños y jóvenes”.
Víctor Calderón es secretario de obras de la directiva central de San Cosme y, como todos los vecinos, está harto de las promesas incumplidas de todos los candidatos que suben al cerro en busca de votos y nunca cumplen. Lo ha visto durante los 38 años que lleva aquí.
Siempre pidieron presencia policial y con el PAR, que funciona en el local de la junta, se da el primer paso. Ya le han dicho el domingo al ministro Urresti que disponen de un área de 95 metros cuadrados, que antes usaban los cogoteros para desmantelar las carteras que robaban, para que se construya una comisaría en el mismo cerro San Cosme y provea seguridad arriba, donde más hace falta. También se ha logrado que los camiones y furgonetas para la basura suban y recojan los desperdicios.

ÁREA OLVIDADA
El mayor Flores cuenta que hay coordinaciones con la gerencia de desarrollo urbano de la Municipalidad de La Victoria y que el Ministerio del Interior trabaja con Sedapal y Luz del Sur, ya que aquí, en el cerro, el agua solo llega por horas y se necesita cambiar las luminarias quemadas del alumbrado público, porque existen muchas zonas oscuras, que favorecen a los delincuentes.
En toda la jurisdicción hay más de 10,000 habitantes. El personal de la oficina de participación ciudadana de la PNP realizará un censo y creará más juntas vecinales para trabajar en conjunto.
“Nosotros, los vecinos, somos conscientes de que la lucha contra la delincuencia y los comercializadores de drogas no se resuelve de la noche a la mañana, que es un proyecto a largo plazo”, recalca Víctor Calderón.
No tapa el sol con un dedo, sabe que viven delincuentes, faites, choros, pero son los menos.
Él lo dice en nombre de las familias de empleados, estudiantes, microempresarios, comerciantes que viven en San Cosme y son el rostro del que nadie habla aún. 

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