Fiesta afroperuana


El cantautor Marco Romero presenta por estos días Cajumba, su segundo CD en solitario, donde apuesta por modernizar los géneros afroperuanos y revisitar algunos clásicos del llamado criollismo. (Publicado el viernes 17 de julio en El Peruano).
Escribe: José Vadillo Vila / Foto: Juan Carlos Guzmán

Su padre musical, el eterno Mario Cavagnaro, que le enseñó sobre la métrica de los compases, estaría contento de Cajumba. Jolgorio negro (Play Music, 2009), la segunda producción musical de Marco Romero, egresado de las canteras de Avanzada Criolla, también presentador de TV, pero sobre todas las cosas cantautor de géneros afroperuanos, a mucha honra.

Científicamente, Cajumba se trata de diez descargas percutivas, alegres, modernas, que invitan a alzar el volumen del equipo y mover el cucú y los pies a ritmo de panalivio, festejo, electro-festejo y fusión.

“Quiero que la gente tenga en casa una fiesta, disfrute de lo afroperuano en sus fiestas como goza con un vallenato o una cumbia”, se sincera Marco, para quien la música “es jugar a armar cosas, divertirte”.

El repertorio
El primer golpe de sabor, con Gigio Parodi rompiendo los cueros y Enderson Heredia haciendo de las suyas en el bajo, es “Un poquitito de tu amor”, un jovial festejo dedicado a su musa personal; a pie de juntillas, Romero nos entrega otra de sus creaciones, “Vivo sin ti”, que con su estribillo fácil, te puede alegrar el día.


Sin ponerse insolente, más bien con mucho respeto, Romero mete mano a “Chinchiví” (clásico del maestro de lo afroperuano, Pepe Villalobos) y pegadito no más como para no desentenderse del ritmo, lanza un mix de Juan Rebaza, “Chacombo / El que no tiene de inga”.

Bajando un poco los decibeles y endulzando la letra, Marco entrega “No me compares”, sentimental aire de festejo con fuga de zapateo carmelino, con coros que nos remiten al latin pop.
El virtuoso de la guitarra Oscar Cavero (coproductor del material) arranca con un solo para “En mi país”, que termina con aires de salsa, y “Tomasa”, con fuerte presencia de arreglos de vientos.

Hablábamos de su maestro, Mario Cavagnaro, y Marco le rinde tributo versionando “La Cajumba”. La innovación mayor llega con su versión de “Y se llama Perú”, clásico de Augusto Polo Campos, pero en versión de panalivio, con alegre contrapunteo con aires de huaino y música amazónica. Justamente, canta a dúo con Arturo “Zambo” Cavero, quien se vacila de la osadía, y el saxo de Jean Pierre Magnet.

Para Marco es una versión que no busca suplementar sino es complementaria a la inmortalizada por el dúo Avilés/ Cavero. Cierra el álbum, la versión electrónica de “Un poquitito de tu amor”, remezclada por Janio Cuadros (La Corporación) en versión electrónica, que pretende ingresar a los gimnasios para hacer sudar mejor.

Criollo del nuevo milenio
Marco explica que si bien la estética de Cajumba se dirige a los jóvenes y también tentar los mercados internacionales, el CD ha recibido buenos comentarios de los viejos criollos. Les ha gustado su mirada de lo afroperuano, con aportes pop que no desentonan.


Compositor autodidacta que crea sólo tarareando y ayudado por el cajón, Romero sabe que la fortaleza de su proyecto es la fuerza en la percusión. “El disco tiene mucho cajón, pero estoy seguro que si las radios comerciales se arriesgaran a poner nuestra versión de ‘Chacombo’, como hacen con artistas del latin pop colombiano, por ejemplo, funcionaría”.

Mientras alguien se anima, el artista también ha empezado con buen pie en internet: en las páginas de MySpace y Facebook recibe muchos comentarios de su reciente trabajo y ahora apura el paso para que en breve los temas estén disponibles en iTunes, para todo el mundo.

El ex conductor de "Mediodía criollo" (TV Perú) quiere dar pasos seguros afuera, pero mientras continuará presentándose en el circuito de peñas, en casinos y eventos corporativa, mientras su álbum empieza a sonar.

No piensa en el ayer. Cuando dejó su trabajo en el banco y tomaba la música por pasatiempo, pero se integró al colectivo que dirigía Cavagnaro, Avanzada Criolla, y le cambio la vida con una frase, “Marco, tú vas a ser solista y vas a componer”.

Entonces este joven admirador de José Escajadillo, Pepe Villalobos, Felipe Pinglo y Alberto Haro, empezó a tomarse en serio lo de cantar, componer y tocar cajón y dijo adiós a toda su vida ya (casi) asegurada. Y espera que usted también hace de su jolgorio negro, familia.

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